jueves, 15 de septiembre de 2016

Cómo pelar un tomate sin necesidad de escaldar

Hoy voy a hacer un guiño a nuestros mayores y a esa sabiduría popular que se está perdiendo. Deberíamos poner en práctica algunos consejos y trucos que se utilizaban entonces y que siendo muy sencillos, son a la vez de gran utilidad.
A veces no nos damos cuenta del gasto de agua y energía que supone escaldar unos tomates. Si se trata de un kilogramo de tomates o más, estaría justificado. Sin embargo, no es lógico poner agua a calentar para pelar uno o dos.
¿Cómo lo hacían nuestras abuelas?
Cogemos el tomate y vamos deslizando el cuchillo sobre la piel, de manera que no la perfore.
Vamos arrastrándolo por todo el tomate hasta que notamos que a causa de la fricción la piel se ha desprendido.
Pinchamos con la puntilla la parte superior y vamos retirando la piel fácilmente.
De esta manera, ahorramos tiempo, agua y energía.
¡Un olé para nuestros mayores!

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